miércoles, agosto 19, 2009

XIII. madeleine

querida Madeleine,

¿debe nuestra historia terminar con esta canción triste y mi español con una R gutural que suena a francés quebrado y pobre? yo simplemente quería amarte. pase lo que pase lo único que te pido es que no te pierdas porque hay mucho león hambriento esperando allá afuera por gente tan pura como vos. aún recuerdo tus palabras:

“quiero ser valiente, quiero ser valiente! pero la noche incendia el coraje que necesitamos… esa furia para domar esta locura… esta locura… ay, mi locura!”

quizás no debí dejarte así, quizás estuve mal… pero me prometí que jamás volvería a sumar más abandonos a mi historial. de rodillas, pienso en las palabras que en realidad debería haber dicho en lugar de partir; y la noche cae y se lastima las rodillas. veo como todo arde y te escucho decir:

“quiero ser valiente, quiero ser valiente! creo que jamás volveré a amar… la oscuridad, la tristeza, el miedo es muy grande… me perdí en el camino de mi propia locura… mi locura… ay, mi locura!”

y miro tus ojos ahora me dicen algo más que antes no lograba descifrar. miro tu pupila y no me veo reflejado. los miro una y otra vez pero sólo veo la suerte que se esfuma y logro vislumbrar que el destino no es tu amigo. tu mirar habla del abandono y de tu pesar: lo que es bueno poco ha de durar. dentro de tu coraza manteniéndote a distancia, decime, ¿te sentís a salvo?

ay, Madeleine, mi dulce Madeleine, forzada a crecer de golpe. si no escapás vos, forzás a los otros a escapar de vos. ¿por qué?. volá libre, Madeleine. salí del frasco porque ya no sos una luciérnaga atrapada en un frasco.

no estoy triste, no estoy contento. solo estoy. seré parte de tu vida, pequeña Madeleine, sólo si así me lo permitís. a la distancia y en la proximidad, en los abrazos y en los empujones, en las caricias y en las bofetadas, en el amor y en la amistad.


las heridas sanarán. Todo a su debido tiempo. Y hasta entonces: amá. simplemente amá.



El Barón McBeal.

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