sábado, diciembre 19, 2009

XXX. vetusta morla (1)

tras de mí una escena
y diez mil frases que repetir.
ya ves, lo que es no es.
yo no voy a contar lo mejor,
a ocultar lo peor,
me pongo el mejor chaqué.

no digo lo que digo,
hago lo que no hago.
al revés, al revés.
porque ser valiente
no sólo es cuestión de suerte.

a veces no soy yo, busco un disfraz mejor
bailando hasta el apagón
disculpa mi osadía

tú también tienes que ver
que nunca tengo mi papel.
nube gris, riega todo el jardín, todo el jardín
todas las flores que no probé.

no olvido los sueños,
vuelvo a lo que no acabo.
no perdí, no perdí
porque ser valiente
no sólo es cuestión de verte.

pensad que ya no estoy
que el eco no es mi voz
mejor aplaudo y vámonos
qué termine esta función

tras de mí una escena
y diez mil frases que repetir
ya ves, lo que es no es


El Barón McBeal.

viernes, diciembre 18, 2009

XXIX. camaleónico

sorpresa, sorpresa
te dije mentiras
pensé que la verdad te haría libre
sorpresa, sorpresa
no todo es lo que parece
pero, ¿quién podría predecir que despertarías?

si te lo hubiese dicho yo
te habría ahorrado este infierno
ahora mirá quién se anda lamentando, Dios, ¡cuánto lo siento!
nunca es el momento adecuado
supongo que es "matar o morir"

justo cuando pensás que me tenías calado
justo cuando pensás que me conocés bien
cariño, apenas rompiste el hielo
mi río es amplio
y vos todavía no entraste
pero estás más cerca que antes

esta noche soy un camaleón
y cada poro esconde mis cicatrices
pero sobreviviré
porque sólo te dejaré entrar
cuando esté seguro de quién sos realmente

y podés decir que todo es una pérdida de tiempo
pero simplemente soy yo jugando a lo seguro
y Dios lo lamento, yo sólo lo lamento
¿qué más puedo decir?
ya bastante cuesta vivir

y está en tus ojos
que es "todo o nada"
pero lo que no puedo esconder
es que algo andás tramando
me dejaré llevar, ¿aún me querrás?
¿seré yo suficiente? el temor me acorrala
porque... ¿y si salís corriendo?

justo cuando pensás que me tenías calado
justo cuando pensás que me tenías calado
sorpresa, sorpresa.



El Barón McBeal.

XXVIII. retrato familiar

mi hermano me enseñó a volar
mi papá me enseñó a llorar
esperen, esperen que ya les muestro
esperen, esperen que ya les muestro

mi mamá me tocó lo más profundo del alma
y lo siento
es lo que más siento
por eso mostrame tu alma y te mostraré la mía
por eso mostrame tu alma y te mostraré la mía

y ahora quién te amará, cariño?
quién te amará, cariño?
cuando termines con tu lucha en alta mar
subite a ese barco y navegá de regreso a mí

y ahora quién te amará, cariño?
quién te amará, cariño?
cuando termines con tu lucha en alta mar
subite a ese barco y navegá de regreso a mí

y ahora quién te amará, cariño?
quién te amará, cariño?
cuando termines con tu lucha en alta mar
subite a ese barco y navegá de regreso a mí
subite a ese barco y navegá de regreso a mí



El Barón McBeal.

jueves, diciembre 10, 2009

XXVII. el hombre de las mil caras

el hombre de las miles caras se sienta a la mesa. come un pequeño terrón de azucar y sonríe a la luna como si la conociera. sus palabras calladas como lo son las manchas sobre el mantel lavado en un río. manchas que intentan cubrir o al menos de fundir con el estampado. "bueno" es mejor que "perfecto". rasguña hasta que tus dedos sangren. y yo lloro por cosas que le digo a otros que hagan sin llorar.

él solía ir a su librería favorita y arrancaría sus páginas favoritas y las guardaría en su bolsillo. y la luna para él era una extraña y ahora se sienta a la mesa, junto a la ventana, y comienza su silenciosa ascenso sin las entrometidas instrucciones de los demás hacia un lugar sin relgión. encontró el camino hacia nuestra singularidad. y come un pequeño terrón de azucar y sonríe a la luna como si la conociera.

XXVI. requiem

timbre de recreo suena otra vez
nubes de lluvia vienen a jugar otra vez
¿acaso nadie te dijo que él ya no respira?
"hola, soy tu mente dandote alguien a quien hablarle"

hola...

si sonrío y no confío
pronto sé que despertaré de este sueño
no traten de arreglarme no estoy roto
"hola, soy la mentira viviendo por vos
para que vos te puedas esconder
no llores..."

de repente me doy cuenta que no estoy soñando
¿hola? ¡yo sigo aquí!
con todo lo que el ayer dejó...


brillante gris en mis propias venas...

cualquier cosa más que un susurro
cualquier movimiento repentino de mi corazón
y yo sé, sé que tendré que mirarlos fallecer

sólo atravesar este día

renuncia a tu forma de ser, podrías ser cualquier cosa
renunciar a mi forma de ser, y perderme a mi mismo
hoy no... hay mucha culpa por pagar.

enfermo bajo el sol
me dijiste que me querías
y después me sujetaste y me gritaste
deseaste que yo estuviera en tu lugar
hermano, vos sabés,
sabés que yo jamás te lastimaría de esa manera

eras tan lindo incluso sufriendo

renunciar a mi manera de ser, y podría ser cualquier cosa
sí, haré mi propio camino
sin este absurdo fantasma a mis espaldas
te odio... te odio... te odio... te odio...

así que corré, corré y corré
y odiame si te sirve de algo
ya no puedo oír tus gritos, ya no más

me engañaste, pero soy más grande ahora
y ya no me convencés

exigiendo mi respuesta
ni te gastes en tumbar la puerta
ya encontré mi propia salida...

... y nunca me vas a lastimar otra vez.



El Barón McBeal.

domingo, noviembre 22, 2009

XXV. barcelona

Café "Las Violetas", 15 de Marzo de 2008, Ciudad de Buenos Aires, Argentina.





Era el día de nuestro café mensual. Una vez al mes nos juntabamos en el café Las Violetas a tomarnos un café como la gente y a ponernos al día sobre las andadas y situaciones del otro. Yo llegaba recién de un viaje de estudios y ella había renunciado hacía poco a un trabajo en el barrio de Once. Luego que mi amiga terminara de contarme sus aventuras de telegramas de renuncia y demás comencé a relatarle mis aventuras por la ciudad de Barcelona...

- Me fui a Barcelona y conocí a un hombre amoroso. Él se frotaba el dedo de la alianza pero era curioso que no tenía ninguna alianza en él. Y te digo que él sabía todo de la vida y sus besos estaban todos en su mirada. Igualmente, yo sabía más que él en ese entonces sobre la vida y el desamor pero no me importaba: yo quería estar a su lado. A los dos días de conocerlo, estaba yendo a la universidad con la ventana baja del taxi y el verano en el viento. Quería preguntarle al taxista por él y si le conocía pero, ¿cómo habría de empezar? ¿qué podía él saber?...


Continué la historia contándole de mis estudios cursados, de mis compañeros de piso en el departamento del centro y de mis noches de alcohol y descontrol por la ciudad. Pero lo que no le dije nada más de aquel hombre de la alianza que sabía todo de la vida y que tenía sus besos todos en su mirada porque yo sabía más, sí, yo sabía más... yo sabía que estaba ahora en Buenos Aires y yo seguía deseando estar a su lado...




El Barón McBeal.

jueves, noviembre 19, 2009

XXIV. karina


Ella mira hacia arriba y adentrandose
En una galaxia
Un fatídico viaje en barco a través de un mar norteño
Y sobre una ventana congelada
Ella escribe su nombre
Oh, hija, así es como ella se convirtió en

Karina,
Sigue tu camino y ten al pequeño bebé
Karina,
La más tosca de las toscas, pero una dama aún

Yo tengo todo el coraje
Que necesitaré
Me derretiré poéticamente sobre mis enemigos
El siglo está enfureciendose
Pero también nosotros
No importa lo que yo sepa,
Sé que tengo una sinfonía llamada

Karina,
Sigue tu camino y ten el pequeño bebé
Karina,
La más tosca de las toscas,
pero una dama aún


Alejándose de días oscuros
Mantente en el cielo, avioncito
Comparte mi apellido
Mantente en el cielo, avioncito

Sigue tu camino y ten el pequeño bebé
Karina,
La más tosca de las toscas, pero una dama aún
Karina,
La más tosca de las toscas…

El Barón McBeal.



lunes, noviembre 16, 2009

XXIII. el suertudo


Ciencia viste un traje nuevo

Para desayunar café, tostadas y huevos

Pero a la hora irse al cuarto evita las escaleras

Debido a dos piernas rotas

Llora y llora: “no puedo subir”

Siempre es la misma historia

Yo estaría más inclinado a ayudarlo

Si tan sólo él recordara mi nombre

Y estás triste y lo sentís

Sacalo todo afuera, ¿hacia qué estás corriendo?

Esta es tu oportunidad

Estate listo

Voy a tomar asiento

Oh, oh, oh

Yo, el suertudo.

Fe no puede llenar un salón de baile

Porque sus poderes declinaron

Pero en el concurso de belleza

Ella siempre se llevará el premio

Luz, luz, de un blanco pascual

Hay que hacerla rodar por el barro

Cuando llegue el momento de arrodillarse

Ella te dirá: “¡vos primero!”

Un hombre sabio una vez intentó decirme

Como azucarar la tumba

Pero el juego es sólo para adultos

Y yo no sé cómo jugar

Oh, oh, ¿a dónde he de ir?

Arrójame hacia el mar

Cuando el jarrón se quede sin caramelos

No me vengas a culpar a mí

Y estás triste y lo sentís

Bueno, sacalo todo afuera, ¿hacia qué estás corriendo?

Decile al mundo entero que estamos esperando

Voy a tomar asiento

Oh, oh, oh

Yo, el suertudo…




El Barón McBeal.

sábado, noviembre 14, 2009

XXII. peregrino

un poco de sangre y vómito sobre el asiento del auto
y un diente que yace aquí sobre mi regazo
"hermano, si estás hambriento pero no herido
sería el momento adecuado para parar y mirar el mapa"


peregrino, ¿en dónde tenés tu cabeza?
¿le estás pagando a los pájaros para cantar?
pero eso no va a funcionar en el camino de la verdad
donde a los desdichados les crecen alas

y si el antiguo conocimiento viniera dentro de botellas
yo le diría a mi terror a dónde ir
pero, entonces, no sé quién se encargaría de los platos rotos
porque yo estaría borracho tirado al costado del camino

peregrino, ¿en dónde tenés la cabeza?
¿le estás pagando a los pájaros para cantar?
vení a encontrarme en el camino hacia la verdad
estaré mareado de que me crezcan las alas

¡mis lágrimas, mis lárgimas!
mis pies descalzos pisando las tierras llenas de amor
temo sea el único camino


¡Peregrino!
¿por qué me mirás así?
mi desastre vino, hizo estragos y se fue
y me dejó al lado del camino
con mi sombra y una canción más

¡Peregrino!
¿por qué me mirás así?
mi desastre vino, hizo estragos y se fue
y me dejó al lado del camino
con mi sombra y una canción más




El Barón McBeal.

sábado, octubre 17, 2009

XXI. cuentas bancarias

tengo un futuro
tengo substanciales cuentas bancarias
hago mucho dinero
y espero que nunca se acabe

soy una belleza
solamente me toma cuatro o cinco horas al día
¿es este el juego que se supone dedo saber
cómo jugar?

yo tuve un sueño en el que yo
estaba arañando la capa interior
qué enfermo que suena cuando yo
pongo mi fe en...

bienvenido al eden
espero que tengas tiempo para hacer compras
mientras hacés inversiones
durmiendo tu camino a la cima

los negocios son negocios
especialmente este agua hecha vino
¿es éste el juego que se supone debo jugar
todo el tiempo?

yo tuve un sueño en el que yo
estaba arañando la capa interior
qué enfermo que suena cuando yo
pongo mi fe en todo o nada al mismo tiempo!



El Barón McBeal.

lunes, octubre 05, 2009

XX. yo, el ladrón

acá viene otra vez esa sangre que recorre mis venas. son las 7am y escucho el ruido de los autos que van y vienen en la calle. siento un deseo de escapar, de decir adiós... dejarlos a todos antes que ellos me dejen a mí.

el ruido de las sábanas mientras él da vueltas en la cama. él quiere que yo vaya rápido, que me aferre a él sin cuestionamientos y que me deje llevar. sé que esa persona que él busca está muy dentro de mí, pero el tema es que no la puedo encontrar.

y yo, yo soy un ladrón. soy una estrella fugaz que cayó y toco fondo, soy una fotografía tomada desde donde vos estás. te quiero mucho, claro que lo hago, y seguramente lo haré por un tiempo largo... tengo la esperanza de que me seguirás esperando, pero yo... ahora me tengo que ir y decirte adiós. tengo que encontrar lo que me hace ruido en la cabeza.

por eso, si necesitar llorar yo te comprendo. mejor afuera que adentro y las lágrimas fueron hechas para salir. no espero ni pretendo que la comprendas a esta guerra... por eso me marcho en silencio sin despertarte a pesar de que mi interior clama que te robe un beso y que convenzas de no partir...

acá viene otra vez esa sangre que recorre mis venas. son las 7am y escucho el ruido de los autos que van y vienen en la calle. siento un deseo de escapar, de decir adiós... dejarlos a todos antes que ellos me dejen a mí...


El Barón McBeal.

martes, septiembre 22, 2009

XIX. niños dulces

ellos se confían de una consciencia culposa para salvarte
pero yo apuesto todo a esos profundos ojos azules
ellos siempre dijeron, siempre dijeron que eras fácil, oh
pero si yo pudiese tener sólo una porción de eso
ya estaría vendido

vení acercate a los niños dulces, cariño
y te diré a dónde debes ir
no puedo verlos cuando caminan en zigzag
no lo sé
no lo sé

venite a mi casa y te entretendré a vos solo
tan fabolusos y disfrazados será como un talk show
ellos siempre dijeron, siempre dijeron que eras fácil
pero si yo pudiese tener sólo una porción de eso
ya estaría vendido

oh, tan triste, te queremos locamente
queremos llevarte a casa
oh, tan triste, te queremos locamente
queremos llevarte a casa

vos sabés que si yo tuviese sólo una porción de eso
ya estaría vendido...

vení acercate a los niños dulces, cariño
y te diré a dónde debes ir
no puedo verlos cuando caminan en zigzag
no lo sé
no lo sé


El Barón McBeal.

domingo, septiembre 06, 2009

XVIII. lo intelectual, lo callejero

yo nací bajo la luz de un farol viejo en la calle porque mi madre no llegó al hospital, en esa calle de conventillos donde los hombres se asoman en las ventanas durante la noche. cuando era chico era la voz principal de un coro de huérfanos en la iglesia del barrio y cantaba con todas mis fuerzas. eso fue hasta que crecí mucho y ya no había lugar para mí. y fue ahí, entonces, cuando todas esas notas que yo solía tocar en el piano y bailar en el ballet parroquial de segunda mano dejaron de existir y sólo quedaban los bichos de la noche para guiarme a casa con su serenata nocturna de la triste suerte.

la lluvia no tenía fin y la tristeza en mi corazón... ¿podría haber encendido una luz y brillar en la oscuridad? esto no ha de cambiar pues el tiempo simplemente se coloca una máscara más bonita para cubrir la fachada detrás. soy bueno para lo intelectual, soy estúpido para lo callejero.

por eso, no me busques más en el confesionario. estoy con mis lapiceras, mis pinturas y mi seco vermú tratando de descubrir alguna pequeña verdad escondida en estas cartas que sostengo contra mi pecho.

la lluvia aún cae sin fin y la tristeza de mi corazón... debería encenderse y alumbrar la oscuridad. ay, pero no! esto no ha de cambiar pues el tiempo simplemente se coloca una máscara más bonita para cubrir la fachada detrás. soy bueno para lo intelectual, soy estúpido para lo callejero.

la lluvia aún cae sin fin y las maravillas de mi corazón aún brillan e iluminan dejando entrar... aún brillan e iluminan dejando entrar a la oscuridad.


El Barón McBeal.

jueves, septiembre 03, 2009

XVII. medidas drásticas

debería tomar medidas drásticas
robarme enormes cantidades de obras de arte
y escribir una pieza para 18 violines
no es ningún gran salto
pero es un comienzo

frotan sus ojos y se despiertan, distraídos
frenéticamente ellos llenan sus días
por favor, decime que nunca voy a ser así
demasiado seguro de mi mismo
y educadamente aturdido
educadamente lo-co

no querés mi amor?
es una nube, es un barco hundido
pero puede hacerte reír un poco
así de fácil
soy como los árboles en los parques a medianoche
rebozando peligro, iniciando chispas
nos dejaron en los viaductos
con la última llama del universo

nunca estuve tan verdadera noción
como cuando mi amor me sostuvo de la mano
que tu sombra siempre te persiga
hecho y derecho
nuestro plan de fuga
nuestro plan ma-es-tro

nos dejaron en los viaductos
con la última llama del universo...



El Barón McBeal.

miércoles, septiembre 02, 2009

XVI. san francisco

Buenos Aires 24 de Diciembre de 2008
2:20am



(...) en este momento no puedo atenderte, por favor, dejá tu mensaje después de la señal

*BEEP*


"así como al niñito jesús en su nacimiento se le acercan los pajaritos solitarios buscando un poco de calor vos venis a mí en busca de música pero ellos, al igual que vos, quieren una canción que yo nunca podré aprender. oh, no. podría intentarlo y haría muy lindos sonidos, te calmaría como lo hace un amante. ay, pero mi orgullo todavía se mantiene intacto... y ahora que miro hacia atrás... yo no era tan valiente en ese entonces, no era tan valiente. ahora voy a toda velocidad y ya casi nada me detiene. vuelvo por túneles en el centro de la ciudad. a veces me doy cuenta que es aquí donde pertenezco. pero es gracioso como dejarlo todo atrás te hace subir el ansia del vacío, ese hueco que nunca habías escuchado antes. ay, me causa gracia. mi sentido del humor siempre fue mi mejor herramienta. con un solo chiste ya conseguía besos de aquel hombre... era todo como una melodía. y ahora mi orgullo vuelve a plantarse firme, alto cual muralla... y mirando atrás me doy cuenta que nunca fui valiente... oh, no... nunca lo fui verdaderamente. o sí?
y ahora lo podría volver a intentar y sé que podría hacer hermosos sonido, te llegaría al corazón como un amante lo hace... como aquella vez en el teléfono... cuando empecé a tararearte tu canción pero no llegué ni a la mitad porque me frené. ay, solía ser tan valiente! tan pero tan valiente!

y bueno... brindo por vos, brindo por mi. y a la esperanza de que la próxima vez se nos de..."


*TU TU TU TU TU...*



El Barón McBeal.

sábado, agosto 29, 2009

XV. duncan

sentado en el columpio que colgaba de la rama del árbol en el jardín trasero de casa. el día estaba bellísimo y el sol me inundaba de todos lados. mi mirada perdida en el cielo, viendo las pocas nubes avanzando lentamente. hacía ya 15 años desde la última vez que me había sentado a esa hamaca. 15 años que no visitaba mi antiguo hogar. a pesar del tiempo, la gente de ahí seguía siendo la misma: el sastre Quiggle al fondo del pueblo, la panadera Gillian en la otra cuadra, los vecinos, mis amigos de la infancia y la pandilla. seguían todos ahí, unos más viejos que otros. pero estaban. todos menos él.

¿qué habrá sido de la vida de Duncan? decían que era uno de los más educados y buenmozos del pueblo.
cuando se hacían los bailes en el barrio todas las chicas querían bailar con él; y en los partidos de los domingos todos los chicos lo querían en su equipo. y era el amor secreto de mi vida. recuerdo aquella tarde cuando la policía golpeó a la puerta de su casa. su madre los recibió y no sabía que decirles. lo único que les dijo es que los zapatos y las medias habían desaparecido: se había dado a la fuga.

era un enamoramiento muy dulce el que yo sentía por él. ay, era tan imposible pero soñarlo era tan lindo! lo que más me gustaba de él es que amaba las cosas de manera muy profunda y hasta casi locamente. una vez casi pierde la cabeza.

sí, casi la pierde. ¿la afortunada? la hija del alcalde. ella era un placer a los ojos. y cuando yo lo veía morirse de amor por ella sentía que me partía en miles de pedacitos. ¿por qué la única razón que te impulsaba a vivir te hace sentir un deseo grande de morir? pero así como mi amor por Duncan era prohibido, también lo era el suyo por la hija del alcalde. cuando su padre se enteró del amor de su hija, la encerró en la casa y no dejaba ver a nadie. pero Duncan era persistente. así que una noche, cuando todos estaban en el festival del barrio, él entró por la ventana al cuarto de la muchacha e hicieron el amor hasta la salida del sol. con el sol no sólo vino la luz, sino la tiniebla pues el alcalde al abrir la puerta y ver a su hija en la cama con Duncan ordenó su captura y encierro de por vida. siendo ágil como él solo lo era consiguió escapar. fue a su casa, armó un bolso con unos zapatos, unas medias y una camisa y partió.

pero antes de partir, me pegó una visita. yo estaba sentado en la misma hamaca en la que me sentaría cuando visitaría la casa de mis padres 15 años después. Duncan se infiltró por el hueco del ligustre que usabamos para escaparnos de mi familia y salir a jugar con la pandilla. me contó lo sucedido y me dejó una carta. una carta que debería ser entregada a la hija del alcalde el domingo en la misa de la mañana. y sin decir nada, solo mirandome y sonriendo, Duncan emprendió su partida.

cumplí mi misión. entregué la carta. era una carta donde Duncan le pedía a su enamorada que lo esperara. él se iría a un pueblo seguro, conseguiría trabajo e instalarse y luego mandaría a buscar por ella. así lograrían vivir para siempre felices. cuando llegué a casa, tomé una hoja de papel, mojé la pluma en el tintero y empecé a redactar una carta para Duncan:


"ay, tonto de los tontos!
nunca te entregues al destino.
si este amor es todo por lo que luchas
desata tu ira, amigo, dejala suelta!

Duncan, me alegro por tí!
un poco triste pero abriendote camino
nuestros padres nunca pudieron sacarte la excentricidad
pero el amor sin duda te hizo valiente..."

y así fue como me di cuenta que el amor es una guerra. es una batalla constante de fuerzas, deseos y voluntades. a veces es una guerra contra el destino, otras veces es una guerra dentro de uno mismo. el amor es la madre de las guerras! la guerra que debemos batallar una y otra y otra vez. y morir mil veces, de ser necesario, en el nombre del amor, pero ninguna vez en vano.

El Barón McBeal.

jueves, agosto 20, 2009

XIV. pesadez

¿qué fue lo que te di yo?
¿qué fue lo que me diste a mí?
una cadena de silencios que se conglomeran en la lluvia
y vos decís que yo no sé la verdera razón
que ya nada es lo mismo
es una bocanada vacante de aire
y cuando decís mi nombre...

¿tenés idea del peso que ponés sobre mí
cuando todo es "vos", "vos" y "vos"?
muy pronto mi hombro dejará de estar

saludos olvidados
nombres que caen como hojas en otoño
la apatía se esparcirá como un fuego salvaje
y te llevará lejos de mí
me apoyo sobre el marco de la ventana
quiero atrapar la lluvia de agosto
voy a usarla para llenar tu boca
y hacerte volver a la vida de una vez

¿tenés idea del peso que ponés sobre mí
cuando todo es "vos", "vos" y "vos"?
muy pronto mi hombro dejará de estar



El Barón McBeal.

miércoles, agosto 19, 2009

XIII. madeleine

querida Madeleine,

¿debe nuestra historia terminar con esta canción triste y mi español con una R gutural que suena a francés quebrado y pobre? yo simplemente quería amarte. pase lo que pase lo único que te pido es que no te pierdas porque hay mucho león hambriento esperando allá afuera por gente tan pura como vos. aún recuerdo tus palabras:

“quiero ser valiente, quiero ser valiente! pero la noche incendia el coraje que necesitamos… esa furia para domar esta locura… esta locura… ay, mi locura!”

quizás no debí dejarte así, quizás estuve mal… pero me prometí que jamás volvería a sumar más abandonos a mi historial. de rodillas, pienso en las palabras que en realidad debería haber dicho en lugar de partir; y la noche cae y se lastima las rodillas. veo como todo arde y te escucho decir:

“quiero ser valiente, quiero ser valiente! creo que jamás volveré a amar… la oscuridad, la tristeza, el miedo es muy grande… me perdí en el camino de mi propia locura… mi locura… ay, mi locura!”

y miro tus ojos ahora me dicen algo más que antes no lograba descifrar. miro tu pupila y no me veo reflejado. los miro una y otra vez pero sólo veo la suerte que se esfuma y logro vislumbrar que el destino no es tu amigo. tu mirar habla del abandono y de tu pesar: lo que es bueno poco ha de durar. dentro de tu coraza manteniéndote a distancia, decime, ¿te sentís a salvo?

ay, Madeleine, mi dulce Madeleine, forzada a crecer de golpe. si no escapás vos, forzás a los otros a escapar de vos. ¿por qué?. volá libre, Madeleine. salí del frasco porque ya no sos una luciérnaga atrapada en un frasco.

no estoy triste, no estoy contento. solo estoy. seré parte de tu vida, pequeña Madeleine, sólo si así me lo permitís. a la distancia y en la proximidad, en los abrazos y en los empujones, en las caricias y en las bofetadas, en el amor y en la amistad.


las heridas sanarán. Todo a su debido tiempo. Y hasta entonces: amá. simplemente amá.



El Barón McBeal.