sábado, agosto 29, 2009

XV. duncan

sentado en el columpio que colgaba de la rama del árbol en el jardín trasero de casa. el día estaba bellísimo y el sol me inundaba de todos lados. mi mirada perdida en el cielo, viendo las pocas nubes avanzando lentamente. hacía ya 15 años desde la última vez que me había sentado a esa hamaca. 15 años que no visitaba mi antiguo hogar. a pesar del tiempo, la gente de ahí seguía siendo la misma: el sastre Quiggle al fondo del pueblo, la panadera Gillian en la otra cuadra, los vecinos, mis amigos de la infancia y la pandilla. seguían todos ahí, unos más viejos que otros. pero estaban. todos menos él.

¿qué habrá sido de la vida de Duncan? decían que era uno de los más educados y buenmozos del pueblo.
cuando se hacían los bailes en el barrio todas las chicas querían bailar con él; y en los partidos de los domingos todos los chicos lo querían en su equipo. y era el amor secreto de mi vida. recuerdo aquella tarde cuando la policía golpeó a la puerta de su casa. su madre los recibió y no sabía que decirles. lo único que les dijo es que los zapatos y las medias habían desaparecido: se había dado a la fuga.

era un enamoramiento muy dulce el que yo sentía por él. ay, era tan imposible pero soñarlo era tan lindo! lo que más me gustaba de él es que amaba las cosas de manera muy profunda y hasta casi locamente. una vez casi pierde la cabeza.

sí, casi la pierde. ¿la afortunada? la hija del alcalde. ella era un placer a los ojos. y cuando yo lo veía morirse de amor por ella sentía que me partía en miles de pedacitos. ¿por qué la única razón que te impulsaba a vivir te hace sentir un deseo grande de morir? pero así como mi amor por Duncan era prohibido, también lo era el suyo por la hija del alcalde. cuando su padre se enteró del amor de su hija, la encerró en la casa y no dejaba ver a nadie. pero Duncan era persistente. así que una noche, cuando todos estaban en el festival del barrio, él entró por la ventana al cuarto de la muchacha e hicieron el amor hasta la salida del sol. con el sol no sólo vino la luz, sino la tiniebla pues el alcalde al abrir la puerta y ver a su hija en la cama con Duncan ordenó su captura y encierro de por vida. siendo ágil como él solo lo era consiguió escapar. fue a su casa, armó un bolso con unos zapatos, unas medias y una camisa y partió.

pero antes de partir, me pegó una visita. yo estaba sentado en la misma hamaca en la que me sentaría cuando visitaría la casa de mis padres 15 años después. Duncan se infiltró por el hueco del ligustre que usabamos para escaparnos de mi familia y salir a jugar con la pandilla. me contó lo sucedido y me dejó una carta. una carta que debería ser entregada a la hija del alcalde el domingo en la misa de la mañana. y sin decir nada, solo mirandome y sonriendo, Duncan emprendió su partida.

cumplí mi misión. entregué la carta. era una carta donde Duncan le pedía a su enamorada que lo esperara. él se iría a un pueblo seguro, conseguiría trabajo e instalarse y luego mandaría a buscar por ella. así lograrían vivir para siempre felices. cuando llegué a casa, tomé una hoja de papel, mojé la pluma en el tintero y empecé a redactar una carta para Duncan:


"ay, tonto de los tontos!
nunca te entregues al destino.
si este amor es todo por lo que luchas
desata tu ira, amigo, dejala suelta!

Duncan, me alegro por tí!
un poco triste pero abriendote camino
nuestros padres nunca pudieron sacarte la excentricidad
pero el amor sin duda te hizo valiente..."

y así fue como me di cuenta que el amor es una guerra. es una batalla constante de fuerzas, deseos y voluntades. a veces es una guerra contra el destino, otras veces es una guerra dentro de uno mismo. el amor es la madre de las guerras! la guerra que debemos batallar una y otra y otra vez. y morir mil veces, de ser necesario, en el nombre del amor, pero ninguna vez en vano.

El Barón McBeal.

jueves, agosto 20, 2009

XIV. pesadez

¿qué fue lo que te di yo?
¿qué fue lo que me diste a mí?
una cadena de silencios que se conglomeran en la lluvia
y vos decís que yo no sé la verdera razón
que ya nada es lo mismo
es una bocanada vacante de aire
y cuando decís mi nombre...

¿tenés idea del peso que ponés sobre mí
cuando todo es "vos", "vos" y "vos"?
muy pronto mi hombro dejará de estar

saludos olvidados
nombres que caen como hojas en otoño
la apatía se esparcirá como un fuego salvaje
y te llevará lejos de mí
me apoyo sobre el marco de la ventana
quiero atrapar la lluvia de agosto
voy a usarla para llenar tu boca
y hacerte volver a la vida de una vez

¿tenés idea del peso que ponés sobre mí
cuando todo es "vos", "vos" y "vos"?
muy pronto mi hombro dejará de estar



El Barón McBeal.

miércoles, agosto 19, 2009

XIII. madeleine

querida Madeleine,

¿debe nuestra historia terminar con esta canción triste y mi español con una R gutural que suena a francés quebrado y pobre? yo simplemente quería amarte. pase lo que pase lo único que te pido es que no te pierdas porque hay mucho león hambriento esperando allá afuera por gente tan pura como vos. aún recuerdo tus palabras:

“quiero ser valiente, quiero ser valiente! pero la noche incendia el coraje que necesitamos… esa furia para domar esta locura… esta locura… ay, mi locura!”

quizás no debí dejarte así, quizás estuve mal… pero me prometí que jamás volvería a sumar más abandonos a mi historial. de rodillas, pienso en las palabras que en realidad debería haber dicho en lugar de partir; y la noche cae y se lastima las rodillas. veo como todo arde y te escucho decir:

“quiero ser valiente, quiero ser valiente! creo que jamás volveré a amar… la oscuridad, la tristeza, el miedo es muy grande… me perdí en el camino de mi propia locura… mi locura… ay, mi locura!”

y miro tus ojos ahora me dicen algo más que antes no lograba descifrar. miro tu pupila y no me veo reflejado. los miro una y otra vez pero sólo veo la suerte que se esfuma y logro vislumbrar que el destino no es tu amigo. tu mirar habla del abandono y de tu pesar: lo que es bueno poco ha de durar. dentro de tu coraza manteniéndote a distancia, decime, ¿te sentís a salvo?

ay, Madeleine, mi dulce Madeleine, forzada a crecer de golpe. si no escapás vos, forzás a los otros a escapar de vos. ¿por qué?. volá libre, Madeleine. salí del frasco porque ya no sos una luciérnaga atrapada en un frasco.

no estoy triste, no estoy contento. solo estoy. seré parte de tu vida, pequeña Madeleine, sólo si así me lo permitís. a la distancia y en la proximidad, en los abrazos y en los empujones, en las caricias y en las bofetadas, en el amor y en la amistad.


las heridas sanarán. Todo a su debido tiempo. Y hasta entonces: amá. simplemente amá.



El Barón McBeal.

martes, agosto 18, 2009

XII. semilla de narcolepsia

mirate nomás:
sos un ave con alas quebradas
una semilla de narcolepsia
sostenido por hilos
como una marioneta del azar
no podés despertarte
no podés dormir
y ahora te tienen robando sensaciones
y corriendo detrás de lo que tanto huís

¿cómo podría yo llevarte lejos
de los hoteles de lo pasajero?
¿cuándo vas a darte cuenta?
mis promesas de felicidad
no son como semillas de diente de león
que esperan quietas
con palmas abiertas

simplemente observo como respirás
ellos hablan como si supieran
y vos hablás como si les creyeras
pero te apuesto a que si vieras dentro tuyo
entenderías la razón por la cual ellos se alejan

oh, tengas lindo día, huerfano
la paz pronto llegará

calienta tus manos
frotándolas en mi espalda
mis padres me dieron esta paz
que los tuyos no supieron dar
"lo que somos es cómo amamos"
y eso es todo lo que necesito saber
así que animate a decirle a la mañana
que la noche negra se está yendo
y la malva quiere florecer

como el vapor que se alza
desde las camas del jardín
tu dolor al viento encuentra

oh, tengas lindo día, huerfano
la paz pronto llegará...

tengas lindo día
porque solo ya no vas más


El Barón McBeal.-

lunes, agosto 17, 2009

XI. el desfile azul

los oigo venir
son los del desfile azul
arrojando copos de nieve y
cantando a viva voz mi nombre
en profundas voces azules
y los oigo que me dicen
"hay un amor para vos en algún lugar
aferrate a la esperanza y esperalo..."

aferrate fuerte, está en camino
no dejes a nadie que tome su lugar por error
aferrate fuerte, cada vez falta menos
cerrá las puertas y esperalo tranquilo

él no lee las estrellas ahora porque se está congelando
perdido y tan ocupado en su neutralización
es demasiado incluso para mí y su frío se me pega
cómo pudo mentirme?
cómo pudo dejarme ir?
y llevarse con él mi cuerpo, mis manos,
mis profundos sueños azules...

aferrate fuerte, está en camino
no dejes a nadie que tome su lugar por error
aferrate fuerte, cada vez falta menos
cerrá las puertas y esperalo tranquilo

y ahora las hojas vuelven a caer
del árbol de la misericordia
y el azul me rodea
para que yo pueda dormir un poco
y Diani dirá, como tantas veces dijo,
"hay un amor para vos en algún lugar
aferrate a la esperanza y esperalo!
...esperalo que va a llegar"


El Barón McBeal.-

jueves, agosto 13, 2009

X. eliot

los gritos de los soldados que salen por las ventanas de las tabernas y el hielo que recubre la ciudad de un verde sucio. yo camino por las calles parisinas adentrandome más en la noche. sé que no debería andar solo a estas horas y más en esta época. la guerra estalló y estamos en tiempos difíciles y cualquier es sospechoso. pero no puedo quedarme de brazos cruzados mirando el techo y las sombras jugar contra mi pared. a veces pienso en Eliot cuando huelo las calles y recuerdo su consejo: "a veces es muy sabio saber cuándo cerrar los ojos".

en el otro rincón de la ciudad las prostitutas se juntan alrededor de un tacho encendido. colocan sus manos para calentarlas mientras esperan la demanda de algún caballero. ellas trabajan para hacer el dinero que no logran con su trabajo diurno en la fábrica. las veo ahí reunidas alrededor del tacho y entonces llega otra de ellas con una canasta. se alejan del fuego y se pelean por lo que comer. y mientras las veo como animales hambrientos sueño con Eliot pero lo hago discretamente porque a veces es sabio aprender a cerrar los ojos.

sí, pienso en esas palabras de Eliot. las que dijo antes de partir. pero yo ahora mientras rehago mi vida me pregunto qué tan seguro estaba él? hasta dónde tenía él la razón? yo le dije que sí, que huiría con él. le dije que tenía esperanzas... pero mentí.

ay, la ciudad en invierno con sus alcantarillas con vapor son lo que más me gusta en estas noches bélicas. hay que pensar en lo lindo en estos tiempos jodidos. les das la mano y te toman el hombro, muerden la mano que les da de comer. no se puede confiar en nadie. y gracias a este hijo de puta hace días no puedo dormir. él y su sufrimiento infectan mis sueños. y no se da cuenta, no lo sabe... que mi alma ahora cambió de decisión.

cuando llegué al muelle lo busqué. pero no había nadie. seguí sus indicaciones al pie de la letra. evité a los guardias para que no me vieran desetar y las prostitutas hambrientas ni me notaron al pasar. superé mis dudas hasta mis miedos alejé. pero Eliot se fue.

él había insistido tanto que me dejé llevar. tan tranquilo y tan sabio... juro que hasta el Premio Nobel le habría dado. dijo haber encontrado un lugar para ser feliz, para que no nos juzguen.

él dijo que tenía esperanzas.

......... mintió.



El Barón McBeal.-

miércoles, agosto 12, 2009

IX. alto

"a veces me pregunto porque tus ojos se cierran. acaso no querés verme cerrar los míos?. pido ayuda a dios porque te voy a devorar si me seguís dibujando esa sonrisa tan bonita. vení a dormir conmigo y voy a convertir el océano en cielo. pero me pregunto como hacés para retener esa sensación que te nace cuando el amor te eleva tan alto? ahí arriba fuera de vista, fuera de la mente... simplmemente alto. tenés miedo de lo que te voy a hacer. recordar el sabor de algo tan dulce perdido entre miles de sábanas de memorias. no me podés hechar la culpa sólo porque te sentís débil e incapaz de darme lo mismo... "


El Barón McBeal.-

martes, agosto 11, 2009

VIII. despertar pronto

despierta pronto
la tormenta de la mente
siento, siento
las estrellas afuera
y el miedo va
yo vuelo ahora
lo más lejos que te puedo llevar
y tan profundo tan profundo
que ningún ladrón te puede robar
la manera que me arrebatas

su boca llena
de dientes sueltos
yo veo, yo veo
al mentiroso llorando
y ahí de rodillas
la luz ya no da mas miedo
el dolor se fue a dormir
tanta belleza vino con la agonía
pero dulce, oh, todo amor es dulce...


El Barón McBeal.-

lunes, agosto 10, 2009

VII. luna gemela

[no más "yo nunca" si poseo el mundo. a través del espacio
el universo me rodea
y me traga como a un átomo;
mediante el pensamiento comprendo el mundo.]


hey señor papel!
será mejor que te comportes
ya no estamos en los '60
y es Tati con i

ay, a veces
la manera en que ves las cosas
la manera en que lees las cosas
la manera en que ves las cosas
lastima mi corazón

sí, temo
de alguna manera encontrarás la necesidad
de escupir hacia afuera mi nombre
como una semilla de sandía

y, es verdad, a veces
me pregunto: "qué estoy haciendo?"
no es negocio sangrar
y recibir una moneda
por mostrar mi corazón

ay, luna gemela
sos mi luna gemela
llevame arriba al firmamento
para finalmente un beso robarte
y embriagarme en tu luz de estrellas

luz...

[estarás bien, ya lo superarás]
[estarás bien, ya lo superarás]

llevame arriba al firmamento
para finalmente un beso robarte
y embriagarme en tu luz de estrellas
quiero mostrarte
quiero mostrarte
quiero mostrarte
mi corazón

El Barón McBeal.-

domingo, agosto 09, 2009

VI. hábito





había sido otro mal día. nada había salido bien. sí, lo recuerdo. ese día no había sido mi día. ¿recordás ese dicho que dice "malo para el juego, afortunado en el amor"? bueno, claramente ese día había sido malo para el amor pero bueno para el juego; en el trabajo me forzaron a tomar una decisión que desencadenaría en dos posibles resultados: el bueno o el malo. desencadenó en el bueno, pero terminé perdiendo a la mujer de mi vida.

así fue como terminé esa noche en la barra del bar. la banda tocaba ese viejo blues que hacía helar mi sangre. era ese mismo blues tan frío como el día que la conocí. estaba sentado a la barra con mi mirada fija en mi trago. necesitaba un cambio. recuerdo pensar que quizás debía intentar fumar... me tentaba el humo de un cigarrillo que chocaba contra mi rostro.

ahí fue cuando recordé a la mujer a mi lado. ella hablaba, pero yo había apagado mis oídos para su voz por un tiempo y ahora los había vuelto a encender.

- creo que será mejor que me vaya, - le dije - ni siquiera sé quién sos.

y era verdad. no tenía ni idea quién era ella. ¿debería haber tenido alguna razón para querer saberlo? el no tenerla, ¿me hacía un mentiroso? ¿hacía de mí algo malicioso como un veneno? ¿me hacía estar vivo?. rompí en llanto. la mujer se aproximó un poco más y me alcanzó un pañuelo.

- estoy segura que no se merece tus lágrimas - me susurró mientras ella me limpiaba las lágrimas con el pañuelo que yo había rechazado a aceptar.

- ya me siento bien, no se preocupe.

- rompé un vaso, ahogate en alcohol. hace lo que te funcione mejor. no importa cual sea. yo estoy con vos.


y así fue como media hora más tarde me encontraba sentado a una mesa tomando un vaso de vodka y contandole mis problemas a una total desconocida. ella asentía o negaba con la cabeza y hacía algún comentario o crítica sobre los eventos que le relataba.

había dos vasos en la mesa delante mío. hay dos ojos rogando, pero no son los míos. poseen una resolución firme de pelear para sobrevivir. yo, en cambio, me mantengo indiferente. todos los que hubieran hecho lo mismo, por favor, digan "yo".

la mujer me tomó de la mano y luego me reveló el secreto más preciado: era algo tan obvio, pero que tanto me costaba ver y admitir.

- la querés, la querés y por eso lo intentás, - dijo - y puedo ver por qué la necesitás... la necesitás porque la amás y te morís cada vez que no sentís su presencia a tu lado.

la verdad fue tan dura y tan certera que desvié mi mirada hacia la banda para evitar que la extraña me viera llorar por segunda vez. cuando me recompuse, me digné a devolverle la mirada pero para mi sorpresa la extraña ya no estaba.

volví los 4 días siguientes a la misma hora al mismo bar pero no había rastros de ella. pero eso no me detuvo: a la semana siguiente volví. obtuve el mismo resultado. pero nunca bajé los brazos. iba a encontrarla, necesitaba encontrarla pues encontrar a esa extraña que me reveló mi más sincera escencia se había vuelto en mí un hábito.



El Barón McBeal.-

sábado, agosto 08, 2009

V. antes de tu tiempo

de todos modos, quién quiere un erudito?
quién se preocupa si él ha dormido lo suficiente?
yo soportaría las malas noticias cualquier día
si eso significará que sos mío para retener
dulce es el naufragio nervioso certificado
que de vez en cuando le gusta aparecer
para darle clase a la noche y los espacios vacíos
y dormir en la cuna de mi oído

unas pocas píldoras al día para mantener la ira lejos
"la gente puede irse," dice él, "los muebles se quedan."
tratando de encontrar un cálido lugar para esconderse

tal vez naciste antes de tiempo
ante nuestros ojos humanos parece tan injusto
cómo desearía que estuvieras bien
porque yo me preocupo...

doy la bienvenida al fantasma de los 88
mi favorito desorden italiano
recordando el sonido de la galaxia
y vino acá sin esperar menos que eso
¿cuántas noches te encerraste dentro
de esa terrible racha solitaria y esos hermosos ojos
tratando de encontrar un cálido lugar donde esconderte?

y sí, tal vez naciste antes de tiempo
ante nuestros ojos humanos parece tan injusto
cómo desearía que estuvieras bien
porque yo me preocupo...


El Barón McBeal.-

viernes, agosto 07, 2009

IV. mi invitación

sos lo que ellos llaman la humana estación
sos todos los alfabetos en uno
sos cada uno de los colores de la confusión
sos todo el silencio en el que me convertí

amame por
estupidas razones
esas son las que me gustan más

de grandes ojos pero
valen la pena creerlas
dios sabe

maldigo la enojada voz que nos mantuvo callados
el editor cuyo trabajo nunca está terminado
manteniendo las lindas palabras entre mis dientes y
las dulces confesiones debajo de mi lengua

contemplación somnolienta
te dejo entrar
esta es mi invitación
pero cómo empiezo?

ella tiene soldados a toneladas
un muy buen ejército para ella sola
noche y día ellos cuidan su fortaleza
muy a salvo pero muy sola...


El Barón McBeal.-


jueves, agosto 06, 2009

III. la canción de bonni

inocente mañana de sábado
igualita al sábado anterior
yo pensaba mientras ella contaba su historia
"creo que no puedo seguir escuchando esto"

dibujando un mapa de campo minado

casi dormida en el polvo que se asienta
cómo es que nunca recordamos
cuántas veces vos solita te levantaste

hey, esa es la manera de seguir
necesitamos saber del dolor para crecer
pero tenés razón: es un largo camino a casa
bajo la luz de la víspera
rota y audaz

y me acuerdo de Bonni
cuando el día rompe en oscuridad.
creo que no hay nada más hermoso
que un rostro que ha llegado tan lejos

hey, esa es la manera de seguir
necesitamos saber del dolor para crecer
pero tenés razón: es un largo camino a casa
sos la luz de la víspera quebrada
sos la chica más valiente en todo el mundo entero
luz de víspera
rota pero audaz...

El Barón McBeal.-

miércoles, agosto 05, 2009

II. jugando cartas con judas

estaba jugando cartas con Judas en el lounge de un hotel y le pregunto mientras jugamos si le gusta estar allá abajo en el infierno. él no responde. sólo se ríe y juega su mano mientras enciende otro cigarro y se da vuelta para ver mejor a la banda que toca una canción que él parece conocer.

- yo no tengo celos misioneros, - le digo - ni ejércitos luchando contra el pecado. pero seguiré y seguiré y seguiré jugando hasta ganar.

- siempre me gustó el blues - me cuenta él mostrando su sonrisa burlona - ¿ya te estás acostumbrado a perder, nene?.


yo rejunto las cartas, las mezclo y las reparto otra vez. él se ríe. al ver que yo no me río, sus facciones se vuelven serias. se acerca a mi estirándose por sobre la mesa, colocando su boca cerca de mi oído y sus susurros los oí muy claros:

- todos nuestros amigos tienen buenas intenciones, pero ellos están mil años atrasados. unos pocos edificios y mandamientos no te van a salvar de tu destino.

Ahh... él se cree tan visionario, él se cree tan capaz y superior. noto que una sonrisa se dibuja en la comisura de mis labios.

le envío un guiño con mi ojo derecho aún con mi sonrisa dibujada en la cara. yo pongo mis cartas sobre la mesa mostrando mi mano y esperando ganar. él se ríe a carcajadas mientras coloca las suyas sobre el tablero del lounge: otra vez la mano vencedora es la de él.

junto las cartas otra vez y me las pongo a mezclar.

- yo no tengo celos misioneros, te recuerdo - digo - y no creo en el pecado. pero seguiré y seguiré y seguiré y seguiré jugando... hasta ganar.


El Barón McBeal.-

martes, agosto 04, 2009

I. el lado solitario de la luna




el viento hace un sonido terrorífico: quiere volar la capa de la tierra, quiere derribar los cielos en lo alto. parece otro caso de "Naturaleza VS Hombre", pero la batalla es absurda pues todas las jugadas están a su favor y mirando el abanico de cartas en su manos, ella dice:


- anmial lleno de gracia, ¡oh, que torpe puedes ser!. yo haré un desastre de tí si tu haces un desastre de mí. aunque siempre tendrás el lado solitario de la luna. sí, podrías vivir en el lado solitario de la luna.

y yo me siento como el glaciar al derretirse en reverencia frente a una brava y valiente reina bajo amenaza que sabe que no hay salida más que entregarse. mi consciencia me dice que no tenga miedo pues de mi lado están los hombres que conspiran junto a dios; sin embargo yo claramente veo como el drama humano saca chispas y el escenario arde en llamas, y digo:

- océano azul profundo, cerezo en germinación: si no hay sinsontes, ¿cómo encontraré una melodía cuando viva en el solitario lado de la luna?

las llamas me rodean y siento mi piel arder. mis cartas, para mal o para bien, sobre la mesa están. no hay más que barajar, no hay más estrategia que planear. y frente a mí, en mi consciencia, una luz se enciende y la claridad me inunda. y exclamo en susurros:

- oh, es tan hermoso. ¿acaso esto es el final?. permite que aprenda tus milagros si debo volver a empezar sobre el solitario lado de la luna. pues yo viviré en el solitario lado de la luna...


El Barón McBeal.-